Hay novias que se te quedan en la memoria nada más verlas, eso es lo que nos ha pasado con Ane, una de nuestras seguidoras. Ane posee una enorme belleza y elegancia única. Su sonrisa ilumina todo lo que le rodea, ni que decir tiene que estaba impresionante en su ‘sí, quiero’. Ella misma nos describe su romántica historia de amor e impresionante boda.

«Pasaron los años y al acabar la universidad decidimos dar un paso más y nos fuimos a vivir a Londres. Los comienzos fueron duros pero poco a poco fuimos adaptándonos y todo nos empezó a ir bien. Los momentos difíciles fortalecieron nuestra pareja».


«Después me dijo que buscara en un cajoncito debajo del asiento, ya que debería haber una bombilla de repuesto. Cual fue mi sorpresa cuando lo abrí y no había ninguna bombilla si ni una cajita con un anillo precioso, así que se lanzó y me hizo la gran pregunta haciéndome la mujer más feliz del mundo».




















“Muchas novias tienen wedding planner pero dudo que tengan la suerte de tener a alguien tan especial como lo tuve yo: mi padre».
«Al vivir en Londres, la elección de la finca era complicado así que él se ofreció a echarnos una mano y nos ayudó a hacer una primera criba. Hicimos una pre-selección de sitios y le pedimos que él los visitara para ver si podíamos descartar alguno.
«Ya teníamos todas las visitas concertadas con los lugares finalistas para que la semana siguiente pudiéramos elegir en persona. Pero de repente, no sé como me vino a la mente un sitio que había visto en fotos hacía tiempo. No me acordaba del nombre, no tenía ni idea de dónde estaba y tampoco recordaba quién se había casado allí, pero no paré de investigar hasta que finalmente di con él. Se lo comenté a mi padre y le pedí que lo visitara para decidir si sería uno de los seleccionados. Y vaya si lo fue…Salió de allí diciendo: Es el que más me ha gustado sin duda, cuando lo veas lo entenderás. Además la chica que lo lleva es encantadora. Esto fue un jueves, el martes por la mañana fuimos a visitarlo. No pude estar más de acuerdo con él, en cuanto pisé los jardines del Palacio de El Molinar supe que no querría casarme en otro sitio».
«Mi padre también nos ayudó a organizar los autobuses, nos acompañó a Madrid a buscar los zapatos y hasta vino de tiendas a echarnos una mano con la decoración!»
«Celebramos todo en el Palacio El Molinar (Gordexola), gestionada por el grupo Bokado. Leire se encargó de todos los detalles para que tuviéramos un día perfecto».
























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